El Índice de Precios al Consumo (IPC) definitivo de noviembre ha fijado la media anual, que será el referente para la revalorización de las pensiones, aunque con excepciones como las prestaciones mínimas, no contributivas y la pensión máxima.
El aumento general de las pensiones contributivas será del 2,8% en 2025, una cifra que ya es oficial tras conocerse el IPC interanual de noviembre, situado en un 2,4%. Este dato corrobora las previsiones avanzadas por la Seguridad Social hace dos semanas.
“El derecho de los pensionistas a mantener su poder adquisitivo está garantizado. Con el dato definitivo del IPC de noviembre, ya podemos confirmar el porcentaje de revalorización para las pensiones contributivas del próximo año”, declaró esta mañana la ministra de la Seguridad Social, Elma Saiz.
Desde que en 2021 se reformó el sistema de pensiones, el incremento anual de las prestaciones se vincula nuevamente a la evolución de los precios. El cálculo se realiza sobre el IPC medio del año anterior, tomando como referencia los valores interanuales de diciembre a noviembre. Así, este año el alza será del 2,8%.
“El aumento del 2,8% beneficiará a casi 10,3 millones de pensiones contributivas de la Seguridad Social”, señaló el Ministerio. Este porcentaje también se aplicará a las más de 720.000 pensiones de Clases Pasivas. Según cálculos de la Seguridad Social, la subida representará cerca de 600 euros anuales adicionales para una pensión media de jubilación y unos 500 euros para la pensión media del sistema.
Pendientes de las subidas en las mínimas y no contributivas
Aunque el incremento del 2,8% será la norma general, las pensiones mínimas y no contributivas tendrán una subida mayor. El Ministerio de la Seguridad Social ha confirmado esta decisión, aunque aún no ha precisado el porcentaje exacto que se aplicará a estas prestaciones.
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Borja Suárez, explicó recientemente que la cifra definitiva sigue pendiente de aprobación, aunque será “notablemente” superior a la inflación media anual.
La reforma de pensiones de 2021 también incluyó una cláusula para que las pensiones mínimas y no contributivas aumentaran más hasta 2027, con el objetivo de reducir la distancia con el umbral de la pobreza. En ese momento, el Ministerio estimó una hoja de ruta para estas subidas progresivas.
Además, el incremento de las pensiones no contributivas tiene otra implicación, ya que este dato también determina el alza anual del ingreso mínimo vital (IMV). Según la última estadística del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), esta prestación llega a más de 665.000 hogares, donde residen alrededor de dos millones de personas.
La pensión máxima alcanzará los 3.267 euros mensuales
En cuanto a las pensiones más altas, se espera que en 2025 la pensión máxima ascienda a 3.267 euros al mes, lo que supone un incremento del 2,9% respecto a los actuales 3.175 euros mensuales.
El aumento de la pensión máxima supera ligeramente el alza general debido a los cambios introducidos en la segunda fase de la reforma de pensiones. Esta reforma establece que los salarios más altos aporten más al sistema de la Seguridad Social, mientras que las pensiones máximas experimenten un crecimiento proporcionalmente mayor.
Desde 2024, las bases máximas de cotización han comenzado a subir cada año siguiendo el IPC más 1,2 puntos porcentuales. Por su parte, la revalorización de las pensiones máximas incluye un aumento adicional del IPC medio más 0,115 puntos anuales. Así, para 2025, esta fórmula da como resultado un incremento del 2,915% para las pensiones más elevadas.