Los exportadores canarios de tomate se pone en guardia ante la intención de Reino Unido de acelerar su salida de la Unión Europea, a donde llega el 40% de su producción. A la espera de las consecuencias, los campos canarios mantienen 700 hectáreas en esta campaña que arranca ahora.
Los cultivos de tomate dedicados a la exportación ocuparán este año unas 700 hectáreas en Canarias en la campaña que está a punto de arrancar: 540 en Gran Canaria y el resto en Tenerife. Los pepinos ocuparán otras 160 hectáreas. «Se trata de unas cifras muy similares a las del pasado año, apenas 30 hectáreas menos», explica el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Las Palmas, Roberto Goiriz.
El portavoz de la organización cruza los dedos, un año más, antes de expresar los objetivos del sector: «Si todo marcha dentro de la normalidad desde el punto de vista climático tanto en origen como en destino [la presencia en los mercados de los productos europeos se está alargando debido al cambio climático], podríamos alcanzar una producción de tomate similar a la de la temporada 2015-2016, cuando salieron 53,3 millones de kilos de Gran Canaria, y cerca de 12,6 de Tenerife. En el caso de los pepinos, la aspiración es mantener al menos los 4 millones de kilos.
Pero alcanzar estos tibios objetivos dependerá de cómo responda Reino Unido, el país que acaba de decidir salir del Reino Unido y el destino del 40% de esta producción hortofrutícola.
«Para las producciones canarias se abre una nuevo capítulo de incertidumbre, porque los efectos del brexit pueden ser muy negativos para nuestro sector», admite Goiriz. Esas consecuencias se comenzarán a notar con los primeros envíos a Inglaterra, a principios de noviembre, con la devaluación de la libra respecto al euro. Se agravarán además cuando se materialice la desconexión, lo que llevará a Reino Unido a establecer aranceles comerciales. Tanto Asaja como Fedex y Aceto, las asociaciones de exportadores de tomates y pepinos de ambas provincias canarias, insisten en que la mejor vía para mantener la competitividad pasa por ampliar los destinos de las exportaciones canarias, y poner en valor el producto isleño.