El desarrollo rural requiere inversiones y políticas para reducir la pobreza

El crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza rural, por lo que se necesitan políticas e inversiones para transformar el campo en los países en desarrollo, según un informe difundido hoy por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

Tras analizar las experiencias en el ámbito rural en más de sesenta países en desarrollo en las últimas décadas, esta agencia de la ONU con sede en Roma sostiene que solo las políticas centradas en la población rural eliminarán la pobreza.

La mayoría de los países analizados (concretamente 32) mostraron una rápida transformación del modelo productivo a nivel estructural o rural y redujeron a la vez sus tasas de pobreza en el campo a una velocidad mayor que la media de sus regiones.

Esto último no lo lograron, por el contrario, otros 19 países cuyas economías también se habían transformado a un fuerte ritmo.

«Las transformaciones rurales no suceden por sí solas, necesitan ser generadas. Debe haber decisiones políticas, instituciones diseñadas de acuerdo a las realidades territoriales e inversión», dijo a Efe la especialista del FIDA y coordinadora del informe Constanza di Nucci.

Según el estudio, influyen factores como el empleo, la población joven, los derechos sobre la tierra, el acceso a la financiación, la igualdad de género y la protección social.

Di Nucci subrayó que no se puede separar el desarrollo rural de las grandes transformaciones a nivel económico, como tampoco mantener todavía la dicotomía entre el campo y la ciudad.

El estudio refleja cómo entre 1980 y 2010 el peso de la agricultura en el Producto Interior Bruto (PIB) global descendió alrededor del 10 %, si bien el sector primario ha contribuido al aumento de la industria agroalimentaria y de los servicios rurales.

Resulta, por ejemplo, significativo el peso de la agroindustria en países subsaharianos, donde está creciendo el sector industrial a partir de pequeñas actividades como las de procesamiento y empaquetamiento de alimentos.

«El rol de la agricultura sigue siendo central para reducir la pobreza y empujar la economía», afirmó la experta.

En Asia, destacó el caso de China por lograr una transformación rural con altas tasas de inclusión y medidas de reducción de la pobreza gracias al compromiso político y la combinación de inversión en ciertos sectores, políticas e instituciones, un modelo que han seguido otros países como Vietnam.

Mientras, la mayoría de los países africanos sigue afrontando problemas relacionados con el aumento de la población joven y las barreras al desarrollo, y en Oriente Medio la inestabilidad política está dificultando el cambio en el medio rural.

En América Latina, Brasil, Chile y Uruguay destacaron por combinar las transformaciones estructurales y rurales, convergiendo así los avances en productividad e inclusión social, si bien hay importantes sectores de la población como los indígenas que se han quedado atrás en ese proceso.

Bolivia fue el único país de todos los estudiados en el que se logró una reducción de la pobreza por encima de la media regional sin que hubiera transformaciones económicas y rurales rápidas como consecuencia de la inversión social.

En todo el mundo, según el informe, los ingresos de 2.500 millones de personas siguen dependiendo directamente de pequeñas explotaciones rurales que producen el 80 % de los alimentos consumidos en Asia y África subsahariana.

Además, 2.000 millones de personas no pueden acceder a servicios financieros regulados y el 73 % de los pobres no posee una cuenta bancaria.

FUENTE: CANARIAS 7