A pesar de la recuperación, los parados seguirán soportando en 2018 los efectos de los recortes impuestos por el Gobierno durante los peores años de la crisis. La partida para protección al desempleo volverá a decrecer este año, al menos en comparación con el presupuesto de 2017. Desde que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa en diciembre de 2011, su importe ha pasado de casi 30.000 millones a menos 18.000 millones. Cuestión esta que para Antonio Rodríguez, secretario general de SITCA, es inadmisible en tanto en cuanto no solo afecta a los parados, sino a sus familias, ademas de los abuelos y padres que ven como se está poniendo en juego lo poco que cobran los jubilados que además tienen que ayudar a sus hijos.
Dicho descenso no es atribuible sólo a la creación de empleo registrada en los últimos tiempos, sino especialmente al endurecimiento de las prestaciones. Como consecuencia de esto último, el porcentaje de parados que reciben algún tipo de ayuda ha descendido de forma significativa y continuada. En 2011, la tasa de cobertura era del 70,7% y ahora está en el 58,2%.
Los recortes, junto con la creación de empleo, han permitido ahorrar al Gobierno mucho dinero, a costa de dejar sin protección a un elevado número de parados. Cuando Rajoy ganó por primera vez las elecciones, el gasto por este concepto era de 29.996 millones de euros, y aún subiría hasta los 31.678 millones durante su primer año en la Moncloa. Pero a partir de ahí empezó a caer.